La fusión de culturas en un enlace lo convierte siempre en algo especial y diferente, como fué en la boda de Pascual (Valencia) y Dan (China) dos locos de la informática que acabaron compartiendo mesa de trabajo en Tokyo. Disfruto enormemente con este tipo de bodas «interculturales», en especial con ésta, ya que Pascual fué mi anfitrión cuando visité Japón.